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21 mar 2010

Lo único que pienso en este momento es en dejarte sin aliento.


Ajammm, eso. y quizás un poco más.

17 mar 2010

Evol.


De vez en vez me fumo un cigarro al revés
y noto el nivel de idiotez que puede tener.
La infelicidad disparada sabe a miel
Y el licor de café desapareció otra vez.
Hoy se estrena el circo por segunda vez
Y ya no hay espectador que quiera ver
La gente se cansó del falso humor
Y ahora tratan de vivir en la lluvia del amor.

No hay espectacular espectador expectante.
Todos viven de su amor desbordante.

8 mar 2010

No puede borrar lo que hay en su mirar.

Se viste en la oscuridad sin mucho que ajustar, con mucho que esconder, mucho que tapar. Bajo colores que la noche desierta no puede revelar.
Posada sobre sombras de las ramas que se reflejan en el pavimento, con la limpia luz de la luna que esquiva acontecimientos; prende un cigarrillo que parece ser consumido por la brisa violenta de esa noche de invierno en temporada de verano.
Camina unos pocos y delicados pasos hacia el Café más cercano.
Entra, pide lo de siempre, un simple café cargado y sin azúcar ni edulcorante. Café lleno de amarguras y sin un poco de dulzura.
Se sienta junto a la ventana más próxima para participar de las primeras gotas que comienzan a caer de cuya noche parecía poco precipitada.
Deriva a absorber ese poco de café sin mezclas de fantasía y lleno de amarguras lejanas de la superficialidad, mientras la lluvia comienza a caer.
El café empaña los vidrios del lugar, instaurando un poco de humedad. Empañados en soledad pasa su mano para lograr distinguir más. Era algo que su cuerpo pedía, que exigía mirar. No alcanza a ver nada más ni nada menos que un rostro, una mirada directa, fija y profunda, llena de abatimientos, del que brotan lágrimas en cualquier parte de su piel. Cuesta reconocer quien es.
Lágrimas que no pueden ser vistas por un espectador, sino solo por la protagonista que no posee guión.
El reflejo no miente, ella estaba empapada en mares de tristezas, bañada en un sin fin de amarguras propias que de su café no alcanzó a absorber, ya que solo con haber tomado tres sorbos de él, su ser colapsó de desconsuelos con mayúscula, y con encendedores que explotan en su corazón al sentir tanta presión.
Trató de secar las lágrimas pero todo fue en vano. Eran lágrimas que no se pueden secar, no se pueden tocar, no se pueden palpar. Están presentes y como condenadas a muerte, eternas.
Tenemos que cerrar - dijo el joven de turno -.
Ella distante y tan helada se tomó todo, hasta la última gota de café añejo, que después de una hora parecía quemar como al ser recién servido.
Tomó sus cosas, que era solo una cajetilla de cigarros, y se fue, avanzando entre la tormenta que la cubría y abrazaba como nunca, sin olvidar ninguna parte de su piel; pisando las pozas de profundidades inconclusas pero que al final las hacían sentir en su hogar.

7 mar 2010

Adiós.

Me odias al parecer, entonces después de haberte querido tanto, de amarte, creo que me queda bastante claro que acá no hay marcha atrás.

Me duele en el alma saber que después de creer que eramos inseparebles ahora haya notado que somos como el agua con aceite, y que nunca me quisiste ni un poco.
No me sirve tu lástima, no la quiero. Guardatela para otro/a
No me adores porque sabes que eso ya no es así.Me olvidaste, me reemplazaste, ahora no me queda más que ser una mugre, la basura que hay en tu corazón.
Gracias por dejarme ser la papelera de reciclaje del vacío más hondo de tu enorme y valioso corazón.

Me estas pudriendo en dolor. No te importa?
Bueno, a mi tampoco... al menos eso intento. 

ya no sé nada.