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22 jun 2011

A veces.

A veces no es el cigarrillo quien se consume, ni el humo el que se inhala. A veces no son las cenizas las que caen. A veces no es un cigarrillo sino la vida misma, los anhelos, las esperanzas, los sueños y los desconsuelos, que se ven materializados en el procedimiento automático de encender, aspirar, consumir y apagar. Momentos en el que el tiempo se detiene y el mundo se desvanece. Algunas veces realizar este simple acto nos aleja de todo, hasta de nosotros mismo, por un instante fugaz. Quizás por esto mismo a veces sea tan necesario fumar, con el fin de que nos mate un poco o simplemente nos devuelva la vida.