contador de visitas

20 abr 2012

Hoy me ha invadido una angustia que sólo un cigarrillo y un café logran aplacar de a ratos. Esa angustia que tan amiga mía solía ser tiempo atrás, pero que hace mucho no me daba la mano.
Hoy ha entrado en el fondo de mi ser, sin saber bien cómo ni cuándo. Siempre tan punzante y altanera. Siempre quitándome el aire.
Hoy me ha penetrado esa angustia que sólo tu abrazo ha sabido curarme. Ya no me queda más consuelo que preparar un café bien cargado y amargo, y sentarme en la ventana a observar como el humo de mi cigarrillo intenta llevarse consigo el desconsuelo.
Quisiera llamarte para susurrarte al oído todo lo que mis labios se han callado, pero se que no debo. Se muy bien que correría el riesgo de perder para siempre la nada que hay entre nosotros.

Siendo sinceros, prefiero quedarme en compañía de esta angustia y mi café, a eso.