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15 sept 2010

Viaje mental con pasaje a París.

Tengo el extraño pensamiento de creer que no hay lluvia mejor situada que en París. 
El sonido perdido en las esquinas de las calles sin fin, las gotas vertidas en el suelo gris, los pasos rápidos de los que no disfrutan una buena empapada de la más pura felicidad de la naturaleza que llora de risa. 
El transparente jamás color que pinta las caras de sonrisas siguiendo el swing de la danza de la lluvia. 
Los paraguas abundan en la ciudad. Se pueden ver del tamaño de hormigas desde un rascacielos que con solo mirar te mojas de felicidad. Son hormigas que van germinando, parecen de color y van caminando, sin sentido ni rumbo definido. 
Son unos mutantes más de esa ciudad.

Lo sé, a pesar de que nunca he pisado el suelo de París, ni Francia, ni ningún lugar fuera de este país.

2 comentarios:

  1. Ke imaginaci{on y ke belñlas palabras.. beso s

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  2. "Me moriré en París con aguacero,
    un día del cual tengo ya el recuerdo.
    Me moriré en París y no me corro
    tal vez un jueves, como es hoy, de otoño..."


    Es una remembranza de vidas pasadas, quizás. Yo conozco esa lluvia, conozco el olor que deja en el pavimento cuando se va secando, conozco el sonido de los zapatos de tacón de las mujeres corriendo.

    Y tampoco estuve ahí.

    (aún)

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