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21 oct 2011

Las horas.

Últimamente las horas se consumen cual cigarrillos en noches de insomnio. Y yo ya no distingo si es peor quedarme sin cigarrillos o sin horas para seguir mirándolas transcurrir, así, casi como si nada. Pareciese que el mundo exterior no me interesase en absoluto, pero no es que me importe poco o nada lo que pasa a mi alrededor. El problema radica en que la mayor parte del tiempo vivo en un pseudo-mundo dentro de mi cabeza. 
Ojalá pudiese ser un poco menos como soy, y un poco más del modo en que me gustaría ser. Acariciar siempre el momento cuando éste ocurre. Y vivir en el mundo real.
Despertar no es lo que uno más quisiera cuando los sueños rozan la perfección. A veces, tan sólo a veces, desearía dejar de imaginar tanto.

26 ago 2011


Sonidos que reviven un pasado ahora tan lejano e inexacto. Un pasado que quedó escondido en cajas, entre libros colmados de polvo y recuerdos olvidados; pero que indudablemente sigue allí, como una astilla clavada en lo profundo de la piel. Canciones que se desvanecen entre cigarrillos, que se consumen a la par de escritos sin sentido.
Entre medio de tazas de café repletas de nostalgia, rememoro el infierno mientras se suceden miles de recuerdos que llevo clavados en las entrañas y muchas noches no me dejan respirar.  Hoy, nuestro pasado nos condena, nos lleva a vivir muertos en vida, en una constante e interminable agonía de existir.
Y vuelvo a ese momento en que todo comenzó para intentar comprender cómo me dejé llevar por vos, pero es imposible encontrar la razón entre tanto ruido, entre nuestros gritos  que intentaban en vano ahuyentar los demonios que se escurrían en medio del amor. Hoy ya no puedes decirme quien ser ni que hacer, y en cierto punto me alivia que ya no seas capaz de decidir mi destino por mí. Pero olvidé como elegir mi propia vida, la costumbre de que me hagas y deshagas a tu manera me lo impide aún hoy.
Un alivio sin precedentes me ha invadido desde que me decidí a hacer  a un lado tu voz. Tu presencia ya no es hoy tan fuerte como solía serla, pero sigue oculta en las sombras, esperando alguna debilidad para tomarme de nuevo con las defensas bajas. No puedo darme el lujo de permitirte entrar en mí una vez más. Esta vez me matarías, no soy tan fuerte como quisiera.
Algunas cosas nunca deben ser permitidas. Y que vuelvas a tomar mi vida bajo tus manos es una de ellas.

11 ago 2011

"Dejaba el cigarrillo entre los labios, sabiendo que terminaría por quemárselos y que tendría que arrancarlo y aplastarlo como lo había hecho con esos años en que había perdido todas las razones para llenar el presente con algo más que cigarrillos”

Julio Cortázar.

19 jul 2011

Un café, un libro y la ausencia. Tuya o mía. Que unidad tan indivisible llegamos a ser un día que en este preciso instante no distingo la diferencia entre ambas partes. La música sonando en el fondo y las imágenes de una película que no dejan que me concentre de todo en mi pensamiento, y aún así, en compañía de tanto, me sienta aún tan solo.
No olvido recordar un instante, y entre líneas leo mensajes subliminales que presiento dirigidos a mi parte. ¡Qué manía exuberante de buscar respuestas hasta en el mismo aire!
Definitivamente es un mal día para concentrarse, el café se ha enfriado con el frio desgarrante y las hojas de mi libro se encuentran demasiado gastadas como para ser claras. Cerrando los ojos imagino, y es sólo a ti a quien miro.


7 abr 2010

Tomo prestada de una mesa casi vacía una caja de cigarrillos y subió a su departamento. Una vez allí se desvistió mientras preparaba una jarra grande de café, y enredada en frazadas se sentó a mirar la ventana. Esperaba, que algo ocurriese, pero no sabía ni intuía que podría ser, sólo aguardaba que alguna señal le fuese dada desde el exterior, o desde allí donde se encontraba, quizás también desde lo más recóndito de su ser. No sabía, pero se encontraba al acecho.



En el fondo de la ciudad, allí donde los edificios se desvanecían borrándose lentamente podía observar con suma claridad la utopía. Una utopía en la que creía firmemente, y que la empujaba a seguir caminando ante cualquier tempestad.


Más allá de lo que digan las reglas, en la vida gana el que domina, y en este caso domina su mente. El dominio en definitiva es poder. Y el poder lejos de pertenecerle a ella, lo tenía algo en lo profundo de su ser.